Vicen Montserrat

Una invitación al viaje

Si estás leyendo esto, es probable que ya no te sirvan las respuestas rápidas. Es probable que hayas hecho un camino, que hayas explorado, y que una parte de ti sepa que la verdadera transformación no es un evento de fin de semana, sino un proceso profundo, sostenido y, sobre todo, encarnado.

Vivimos en un mundo que nos empuja constantemente hacia fuera: hacia el hacer, el producir, el demostrar. Un mundo que nos ha enseñado a desconfiar de nuestra propia sensibilidad y a vivir en la azotea de la mente, desconectados del cuerpo, de la tierra y de una sabiduría mucho más antigua que nosotros. Esta fractura es el origen de gran parte de nuestro sufrimiento.

El Centro Trika nace de una convicción profunda: el camino de regreso a una vida más auténtica pasa, ineludiblemente, por volver a habitar nuestro cuerpo. No como una idea, sino como una experiencia directa, sentida y consciente.

Mi camino

Mi búsqueda no empezó en los libros, sino en el cuerpo. Desde niño, sentí una extrañeza fundamental, una intuición de que, bajo las capas de lo que “debemos ser”, latía algo más auténtico, más salvaje. Esa inquietud me llevó a explorar, a sentir y a desaprender.

No me considero un maestro, sino un compañero de camino. Un artesano que ha pasado años investigando cómo funciona la coraza que nos desconecta y, sobre todo, cómo podemos volver a habitar nuestra piel con confianza y vitalidad. Mi labor es crear espacios seguros donde la inteligencia innata del cuerpo pueda despertar.

Acompaño a personas y grupos a soltar las defensas que ya no sirven, a recuperar el pulso de su energía y a recordar la sabiduría que siempre ha estado ahí, esperando ser escuchada.