La mirada Trika

El corazón de nuestro enfoque: una visión orgánica, corporal e integradora para volver a ser salvajemente humanos.

Qué es la bioenergética integrativa

La bioenergética (bio: vida + energética: energía) es un camino práctico y profundo que nos enseña a reconectar con la sabiduría innata de nuestro cuerpo. No es solo una terapia, sino una forma de entender y vivir la vida desde un lugar más entero y vibrante.

Nuestro enfoque es integrativo porque no separamos lo que la vida une. Entendemos que el cuerpo, la mente, las emociones y la energía forman un sistema inseparable. Lo que piensas afecta a cómo te sientes físicamente, y lo que sientes en tu cuerpo afecta a tu estado mental.

A través del movimiento consciente, la respiración, el juego y la escucha profunda, la bioenergética nos ayuda a:

  • Escuchar a nuestro cuerpo y descifrar sus mensajes de tensión, dolor, placer o cansancio.
  • Comprender cómo la energía se mueve (o se bloquea) en nosotros, identificando patrones que nos limitan.
  • Liberar las tensiones crónicas acumuladas que nos restan vitalidad y espontaneidad.

El objetivo no es alcanzar la perfección, sino recuperar la capacidad de sentirnos plenamente vivos, expresivos y capaces de experimentar gozo en nuestra propia piel.

La coraza: el origen de la desconexión

Para protegernos de experiencias difíciles, emociones dolorosas o un entorno que nos exigía ser fuertes, hemos desarrollado una armadura muscular y emocional invisible. A esta defensa la llamamos la coraza.

Imagina una armadura: en su momento, te protegió. El problema es que si la llevamos puesta todo el tiempo, incluso cuando el peligro ya pasó, nos volvemos rígidos. Nos cuesta movernos con libertad, respirar hondo, sentir plenamente y conectar de verdad con los demás.

Esta coraza no es solo física. Se manifiesta también en patrones emocionales (reaccionar siempre igual) y mentales (creencias rígidas). Se forma poco a poco, sin que nos demos cuenta, y su función es contener la energía de las emociones que aprendimos a reprimir («no llores», «no te enfades»).

El primer paso para flexibilizar esta coraza no es luchar contra ella, sino algo mucho más amoroso: empezar a tomar conciencia de ella, sentirla y escuchar la historia que guarda.

El pulso de la vida y la no dualidad orgánica

La vida es pulso. Se expresa en la danza constante de polaridades complementarias: inspiración y exhalación, carga y descarga, tensión y relajación. La salud y la vitalidad dependen de poder movernos fluidamente entre estos polos.

La coraza destruye esta pulsación natural. Nos instala en un estado de contracción y alerta sostenida, impidiendo tanto la carga completa de energía como la descarga total y satisfactoria. Nos quedamos a medias, tensos pero sin vitalidad plena.

Esta rigidez es la que crea la percepción de un mundo separado y en conflicto: mente contra cuerpo, nosotros contra el mundo. La dualidad no es una verdad fundamental, sino el resultado de una percepción acorazada.

Por eso, en Trika hablamos de no dualidad orgánica. No buscamos una unidad abstracta o una iluminación fuera del cuerpo. El camino es, precisamente, al revés: al restaurar la vitalidad y el pulso en el organismo, la percepción de unidad y conexión emerge de forma natural. Es una comprensión que se siente en las entrañas.

¿Sientes la llamada a experimentar esta mirada?

La teoría es un mapa, pero el verdadero viaje ocurre en el territorio del cuerpo. Te invitamos a dar el siguiente paso.

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